Cierta vez a uno de los creadores del Génesis Uruguayo, no recuerdo cual fue, se le ocurrió fabricar un documento en papel membrete y escrito (?) a máquina por Julio De Caro (cosa que éste nunca hizo).
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El original de esta “magnífica pieza” jamás fue exhibida ni verificada pericialmente, pero los seguidores de Avlis y Bayardo han repetido, repiten y repetirán la tontera de que De Caro afirmó que Gardel era uruguayo, no obstante estar probado que en ningún reportaje que se le realizara, ni en sus Memorias, el Gran Maestro argentino repitiera esa apreciación, como para poder darle cierto cargo de credibilidad.
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Es lógico que se trata de un documento fraguado, pues ¿Oh casualidad? figura escrito a máquina sobre un papel lavado, razón por la cual no se lo muestra.
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Además, son tan torpes que no se animan a mentir del todo y entonces escriben que De Caro dijo que a él se lo dijeron. Es decir que en el mejor de los casos en que lo inventado fuera cierto, resulta claro que don Julio nunca afirmo nada.
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Sin embargo los seguidores de Avlis y Bayardo, utilizan imprudentemente su invento, pretendiendo hacer aparecer al citado músico como testigo fantasma y al intentarlo, como siempre, mienten.
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Este fraude oriental pretende contradecir el decir de muchísimos amigos confiables de Gardel que afirman su “francesismo” y los documentos que prueban tal verdad.
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Si de documentos hablamos , veamos solamente uno: SU TESTAMENTO, pieza fundamental nunca rebatida y probadamente veraz mediante pericia que se le efectuara oportunamente.
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Ese documento, escrito de puño y letra por Carlos Gardel, a la vez que debidamente firmado por él dice:
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TESTAMENTO DE CARLOS GARDEL
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TESTAMENTO DE CARLOS GARDEL
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""Este es mi testamento. En esta ciudad de Buenos Aires el día siete de noviembre de 1933, encontrándome en pleno goce de mis facultades intelectuales otorgo este mi testamento ológrafo, disponiendo en él de mis bienes para después de mi fallecimiento, en la siguiente forma: primero soy francés nacido en Toulouse, el día 11 de diciembre de 1890 y soy hijo de Berthe Gardes, segundo –hago constar expresamente que mi verdadero nombre y apellido son Carlos Romualdo Gardes, pero con motivo de mi profesión de artista, he adoptado y usado siempre el apellido "Gardel" y con este apellido soy conocido en todas partes. Asimismo hago constar que las cuentas que tengo en los Bancos, expresamente en el Banco de la Nación Argentina, así como mis títulos de propiedad y demás papeles figuran invariablemente con mi nombre y apellido de adopción, o sea Carlos Gardel- tercero. Soy de estado soltero y no tengo hijos naturales- cuarto- no debo suma alguna y perdono todo lo que me deben. Mis bienes resultarán de los títulos y papeles que tenga a la fecha de mi fallecimiento- Quinto- Nombro por mi única y universal y heredera de todos mis bienes y derechos a mi nombrada madre Berthe Gardes.- sexto- Nombro mi albacea testamentario a mi amigo Armando Defino para que liquide mi testamentaria y asesore a mi nombrada madre durante la tramitación de la misma- No teniendo otras disposiciones que hacer, hago constar que el presente ha sido redactado de mi puño y letra y de una sola vez lo firmo en la fecha de arriba indicada. Carlos Gardel»
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Pero claro, esta EVIDENTE REALIDAD para toda gente pensante e independiente, no es tenida en cuenta por los tercos y parciales señores orientalistas, que ante esta letal evidencia para sus falsas aspiraciones, se enclaustran en el silencio de los cementerios,
Así proceden estas personas, que mayormente no dan la cara, por temor al ridículo o a seguir pasando los papelones que a diario sufren sin perdón.
Pero como les gusta soñar y son charlatanes por excelencia, no se detendrán nunca, incluso el día del Juicio Final, cuando a modo de reiteración, Carlos diga “Nací en Toulouse, Francia” y cante “Mi Buenos Aires querido”.
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Pero claro, esta EVIDENTE REALIDAD para toda gente pensante e independiente, no es tenida en cuenta por los tercos y parciales señores orientalistas, que ante esta letal evidencia para sus falsas aspiraciones, se enclaustran en el silencio de los cementerios,
Así proceden estas personas, que mayormente no dan la cara, por temor al ridículo o a seguir pasando los papelones que a diario sufren sin perdón.
Pero como les gusta soñar y son charlatanes por excelencia, no se detendrán nunca, incluso el día del Juicio Final, cuando a modo de reiteración, Carlos diga “Nací en Toulouse, Francia” y cante “Mi Buenos Aires querido”.
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