jueves, 2 de julio de 2009

EL NACIMIENTO DE CARLOS GARDEL (segunda parte)

No encuentro respiro. Siguen perdidos en las calles de su propio dolor y se aventuran entonces a decir que el “15 de mayo de 1889 llegan a Buenos Aires en el Vapor Córdoba desde Burdeos, Odalie Duchase de Capot y su hijo Stephan, de 7 años de edad” lo cual se contradice con la manifestado siempre por Capot, respecto de que él había conocido a Charles Romuald Gardes en Toulouse, antes que este se embarcara con su madre.

¿Saben una cosa? No estoy seguro que sea como ellos dicen. ¿Es aceptable o no un Certificado del CELAM? y pienso que si esta institución particular se nutre de la información del Estado Argentino, me parece poco serio darle plena razón, cuando se trata de una información no oficial y que no merece fe, tal cual se puede leer en la misma papeleta que se entrega previo pago de un arancel. ¿La existencia del C.E.L.A.M. obedece a un comercio? Entonces su manera de actuar no ofrece plena confianza, situación que ellos mismos reconocen.

El dato que dan los historiadores uruguayos, no se ha podido corroborar en la Dirección Nacional de Migraciones, ni en el Archivo General de la Nación, lo cual abre una duda significativa, agravada por los nombres originales que no coinciden con los que dan los investigadores.

En efecto, el certificado de arribo habla de Odalie Capet y Stephan Capet, omitiendo otros nombres que tenían esas personas y errándole al apellido. Pensando mal, quizás este hallazgo bien pudo haber sido inducido. Será mucho mejor que presenten el certificado oficial o una constancia gubernamental de su existencia. No extrañaría que se tratara de algo provocado y no falaz. Total, dentro del juego creado por Avlis, todo vale.

Por lo tanto amigos orientales, antes de seguir usando esta letanía, reemplacen al papel del CEMLA, por un comprobante de origen oficial. Mientras tanto, no se puede reconocer como ciertas, las afirmaciones vertidas al respecto por sus heraldos.

Una cosa es cierta, los Gardès y los Capot se conocían. Hay fotos que lo prueban. Queda pues en duda el tema de las fechas. Deberán buscar comprobantes oficiales, tal cual siempre se le exige a la otra parte, a la que ellos llaman “francesista”. ¿Desconozco porqué?.

Los uruguayos, luego de anunciar, sin dar fechas, que nacen los mellizos Juan Carlos Y Julio César, hijos de Carlos Escayola y María Lelia Oliva, que no son inscriptos, si no recién de transcurrido un año, dicen textualmente “A fines de ese año Berta Gardes, embarazada de Romualdo López, lleva a Carlitos Gardel, que cuenta ya con alrededor de 6 años de edad, a Montevideo.

Ergo: Carlos nació consecuentemente en 1883 y cabe entonces preguntar ¿De donde obtuvieron las otras muchas fechas que han dado como correctas? y además ¿Qué pruebas aportan de la existencia del tal Romualdo López?. Nunca se les ha pedido mucho. Solamente se pretende que como es normal, apoyen lo que afirman, con una partida de nacimiento o algo así. Pero “perdiez”, ¡Que refractarios son a recurrir a documentos estos investigadores modenos!.

También dicen que después Berta Gardes se “embarca” y olvidan de mostrar constancia de lo que afirman tan decididamente y solamente dicen, primero que se PRESUME que esa mujer lo dejó en manos de su compatriota Anais Beaux o de María Escayola “La Negra”, prima mayor del niño, para luego en el año 1890 de la cronología citar que entre abril y octubre de este año Berta Gardes, viaja a Francia para dar a luz en Toulouse a su hijo, habiendo dejado a Carlos Gardel en Montevideo.

¿Como es la historia? ¿Fue en el 89 o en el 90? ¿Se lo dejó a Anais o a “La Negra”? Por favor ponganse de acuerdo. No se puede constantemente jugar con dos o tres posibilidades. Los hechos en historia, deben ser blancos o negros. ¿Porqué siempre se mueven dentro de dudas, que les permiten luego acomodar los hechos a su entera satisfacción?

Todo este dislate lo deben soportar quienes se arriman a los sitios en que grandes personajes desean hacerle creer a la gente la fábula de un Gardel uruguayo.

Así porque sí, basados en una foto de 1896 o 1897, entregada por Berta y en un plano que quisieron hacer coincidir y les acarrió un bochorno total cuando fue destruido con firmes y variados razonamientos, el preciado invento que situaba en 1891 – 1892 (siempre tan precisos en la fechas) al cantor, inicia su escolaridad en la escuela Nº 27 de varones de la calle Durazno 337, a la vez que absurdamente argumentan que en un régimen escolar de gran solvencia como el oriental de aquella época, “no había matrículas escolares permanentes, razón por la cual no se pudo investigar con que nombre fue inscripto”. Suena todo tan infantil, que en boca o pluma de personas mayores, no provoca risa, si no indignación.

Siguen acomodando fechas y dicen que en 1893 Carlos Gardel, HABRÍA sido retirado de la escuela Nº 27 en este año para ser llevado a Buenos Aires. Es decir que, sin aportar pruebas, debemos aceptar que con 10 años de edad Carlos es traído a Buenos Aires, cuando en realidad y con constancias inmigratorias, para esa época Carlos entra al país, juntamente con su madre, procedente de Francia, con 2 años y 3 meses de edad y vive en un conventillo, lo cual es archi sabido y nadie discute, excepto los líderes de la investigación destinada a probar que de los dos Gardeles, el que llegó de Francia desapareció por arte de magia. Tanto es así que los orientales llaman a Carlos “el Mago”. Solamente así se justifica ese apelativo.

Causa gracia leer escrito por ellos que “La fecha exacta de ingreso de Berta Gardes a Buenos Aires junto a su hijo de 2 años y tres meses en el vapor “Dom Pedro”, procedente de Burdeos es dudosa.

Dicen que “Según Avlis figuraba en C.E.M.L.A. como llegada el 9 de marzo de 1893, pero ésa es la fecha de arribo del barco a Montevideo. Héctor Ernié exhibe un dudoso certificado de arribo con fecha 11 de marzo. No existen registros en C.E.M.L.A. que avalen la veracidad de un certificado que lleva fecha 11 de marzo como llegada del barco a Buenos Aires.”

Sucede que no quieren aceptar el documento de Héctor Ernié que no es un mero papel del C.E.M.L.A , si no un CERTIFICADO OFICIAL, producido por la Dirección NACIONAL de Migraciones, donde consta el ingreso, bajo el número de orden 121: de Berta Gardes, francesa, viuda, 27 años, planchadora, católica, pasaporte N 94 y con el número de orden: 122: el de Charles Gardes, francés, de dos años, el mismo que años después cambia su aéllido por el de Gardel, se convierte en una Gloria Nacional, a quién Leguisamo, cuando quería hacerlo enojar, llamaba Romualdo.

¿La quieren más clara?

Suman luego otro delirio y dicen que Mateo Parisí viaja a Buenos Aires y entrega a Berta Gardes la suma de 3.000 pesos uruguayos para que se ocupe de la educación del niño Carlos Gardel, según “información confirmada por sus descendientes”

Tendrán idea esos señores de lo que significaban entonces tres mil pesos uruguayos. Si así fuera, ni lo mencionarían por temor a otro seguro ridículo.


En efecto, Berta entregó a Carlitos a la señora Rosa Corrado de Franchini poco tiempo después de su llegada a Buenos Aires, pero no entregó a un joven, si no a un niño. Las fotos lo prueban t además los mismos hijos de Rosa, han certificado que ese Carlos niño que convivió con ellos fue el cantor.

Entonces ¿Dónde estaba el otro?. Seguramente agazapado tras el respaldo de la cama del conventillo o torrando debajo del colchón.

Consignan como una razón de peso para sus alocadas pretensiones que Ricardo Ostuni dijo “Ignoro la razón que induce a casi todos los autores, a asignarle este papel a la señora Francini o a la madre de Esteban Capot, para quienes Gardel nunca dejó un solo testimonio de afecto.” y me pregunto yo ¿Qué testimonios dejó para los Escayola?

Es evidente que la foto con la niña Franchini que todos conocemos y que los uruguayos dicen es de 1894 ó 1895, no muestra a un joven nacido en 1883 y sí a un niño.

Pero no podía faltar la referencia a Bayardo cuando dice que el niño Charles Romuald es entregado a Rosa Carroll de Vacca para que se haga cargo de él mientras su madre trabaja como planchadora, agregando así un nuevo personaje, que bien se condice con la posición del arquitecto que afirma mucho pero no prueba nada y en este caso peor todavía, porque nadie lo repitió..

Después la cronología se ocupa del año 1897, pero ya no se si vale la pena seguir pediendo el tiempo en demostrar las mentiras que esconde esa burda cronología, realizada a gusto y paladar de personas especializadas en crear fábulas.

Tan falto de seriedad como esta pretendida cronología, es todo el decir de quienes tratan por todos los medios, de hacer aparecer a Gardel como un ser que no nació en Toulouse.

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