sábado, 11 de julio de 2009

EL NACIMIENTO DE CARLOS GARDEL (Tercera parte)

Bueno, estamos ya en 1897, cuando nuestro Zorzal ccomienza sus estudios primarios en la Escuela Superior de Niñas; lo cual molesta enormemente a los fabuladores orientales, quienes desesperadamente se afanan por pretender demostrar que este niño no es el futuro cantor, sino Charles Romualdo Gardes que inexplicablemente luego desaparece para dar paso a “El Magnífico” , Carlos Gardel.

Estos infatigables historiadores aún no han encontrado pruebas de cómo nació su Gardel uruguayo, n tampoco donde Bertha enterró a su hijo francés, que a juicio de ls uruguayos le molestaba para ya en ese entonces, concretar la conjura que estaba tramando con De Fino, aunque para ese entonces éste no había nacido aún, detalle que a los lideres del cuento “cisplatino” parecería no inquietarle, tal cual suceden con todos sus “errores”, esos que no quieren reconocer como lisa y llanas mentiras. Costumbre arraigada en los pretendidos “escribas de la nueva historia”. Esos que insertan dichos sin probar.

Son tantas sus historias rebuscadas, que es mucho mejor que explicar cada una de sus “errores”, pedirles que aporten las pruebas que avalan lo que ellos tan imparcialmente se permiten decir; aunque soy consciente que tendrán inconvenientes pues en tiempos en que la aviación no existía, ellos viajaban en bote desde Montevideo y cierta vez – según dicen y yo les creo – se les cayeron los papeles al río y hoy su verdad yace en el fondo del estuario, mojada e ilegible.

Por ejemplo ahí estaban los justificativos que le permiten decir que en el año 1898 “Carlitos Gardel cumplía 14 años en diciembre y entonces ahora calculan a ojo de buen cubero, aunque también recurren a citar dichos de Esteban Capot, con el concreto resultado de reconocer para siempre lla vinculación de éste honesto ciudadano nacido en Francia, con el Zorzal.

Carlos, según lo precisa Rodolfo Omar Zatti, viaja por primera vez a Montevideo, teniendo 16 años, pero como ellos ese dato no les cierra, dicen que “se fue a Montevideo después de los 14 años” y al mejor estilo de “Chispazos de Tradición”, narran un culebrón y suponen cosas. Siempre “suponen cosas”, conjeturan, jamás precisan e más mínimo decir con la debida exactitud.

Es bien conocido que “ Gardel llamó “viejitos que fueron como mis padres” a Anaïs Beaux y Fortunato Muñiz, pero eso no da derecho a fabular como lo hacen los “desparramadores de falacias por Internet”, que inventan lo que les conviene.

Se preguntan tontamente “¿Por qué nunca apareció ninguna de estas cartas? (se refieren a misivas de Gardel a los “viejitos”) y la razón es porque los Beaux-Muñiz, dueños de sus actos, vaya uno a saber que hicieron con ellas. ¿Poqué no muestrn ellos las cartas que Carlos le escribó a las madres que le han adjudicado en la ficción: Tomasa, Bentos, Leila and Co.

Mientras tanto y volviendo en el tiempo, Carlos siguió estudiando en Buenos Aires, incluso en el Colegio Pío IX, fue detenido para averiguación de antecedentes (existen pruebas contundentes del año 1904) y viajó luego sí a Montevideo. Nada hay de extraño en todo esto, que está perfectamente probado.

A los tantos verbos utilizados en tiempo condicional por la Comparsa Oriental, se suma ahora la palabra “PRESUMO”, para decir cosas que no pueden probar y se aventuran a repetir conceptos perfectamente concebidos, pero nunca documentados, pero se animan a expresar que: Dice al respecto Ricardo Ostuni: “sin rozar especulaciones de difícil probanza, se puede afirmar que Gardel careció de afecto materno durante los años de la infancia y la adolescencia, salvo el que pudieran haberle prodigado esos “viejitos que fueron como mis padres” y que dejaran en su corazón de pibe sin hogar el imborrable recuerdo de la ternura.”. A la pipeta, que sabio este Ostuni, el mismo que mintió bsajo juramento en el juicio por el caso “De la Rua y la Tarjeta Banelco”. Como se verá, un ser muy creíble y “charlatán”, porque según el diario La Nación “La defensa de De la Rúa sostuvo siempre que Pontaquarto había dicho que cuando estuvo en la Casa Rosada, durante la reunión en la que se habría acordado el pago de las coimas (entre abril y mayo de 2000), había un televisor en el despacho. Según la defensa, esto era una prueba de que mentía porque el artefacto recién había sido instalado en septiembre de 2001 por el atentado a las Torres Gemelas. Así lo afirmaron ante el juez, bajo juramento, Ostuni, Cernusco y Tassano Eckart. Pero luego de esas declaraciones, el fiscal Federico Delgado aportó unas 20 imágenes entregadas por el fotógrafo oficial, en donde se ve a De la Rúa en su despacho, con distintas personalidades que lo visitaron en los primeros meses de 2000. Está, al fondo, el famoso televisor.” Es decir Ostuni mintió bajo juramento. Es para preguntarse ¿Es creíble este individuo? y lo es también la señora Martina Iñiguez, socia y vocero del caradura Israel Álvarez de Armas, que completan así una dupla que no pueden fundar nada, incluso sus dudosas opiniones.

Pero lo por demás tétrico y ridículo es que luego especulan sin sentido al manifestar “Berta ocultó deliberadamente este hecho a sugerencia de Defino, para evitar que el matrimonio Muñiz fuera entrevistado por la prensa y hablara sobre el período en que Gardel había convivido con ellos”. Así que la pareja de investigadores, prejuzgan y revelan poseer mágicos que le permiten conocer cincuenta o sesenta años después, lo que Berta tramaba en ese entonces, cuando ellos aún no habían nacido.

Sería mejor que en lugar de vertir tantas estupideces, mostraran las pruebas que le permiten arriesgarse a decir que “La familia biológica de Gardel era una familia de tipógrafos; existen testimonios orales…” ¿De que testimonios orales me hablan?. A ver, a ver, traigan pruebas y basta de hablar y hablar sin sentido.

Recuerden los cinco viajes a Toulouse que hizo Carlos (el primero en 1924) para visitar a su familia y termínenla con su cuento.

En cuanto al período montevideano de Gardel, el mismo está perfectamente explicado y probado en el libro escrito por Rodolfo Omar Zatti, titulado “Gardel en el corazón del Río de la Plata”. Este autor es tan preciso que aniquila todo “el verso” escrito por Avlis y sus incondicionales seguidores, que no tuvieron empacho en mentir.

Eduardo Paysée González cita a Tomasa Leguisamo, la madre legal adoptiva del famoso jinete Irineo Leguisamo y pone en su boca estas palabras “¿Gardel francés?” ¡Qué va a ser francés! Gardel es de Tacuarembó. Lo llamaban Zorzalito por Tambores siendo mozo”. Ahora digo yo: Una prueba de ello por favor. Una grabación, un papel con firma rubricada por escribano. ¡Cualquier cosa!, pero que no se la nefasta palabra del hombre que ultrajó y llenó de escarnio a la madre biológica de Gardel, Doña Berta, a quien Carlos adoraba y eso no lo digo yo, lo dijeron todos quienes lo conocieron íntimamente y como dije antes muestren cartas de Gardel a doña Tomasa, su madre o amante según distintos autoes uruguayos que nunca se ponen de acuerdo, porque les falla el embrague al momento de mentir a fondo.

Si se me ocurre t me viene en ganas, en algún momento la sigo.

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